miércoles, 9 de noviembre de 2011

Galería sobre los procesos electorales : imágenes y dos artículos





Cómo la CIA ayudó a Balaguer
a ganar las elecciones de 1966
POR BERNARDO VEGA

En nuestro libro "Cómo los americanos ayudaron a colocar a Balaguer en el poder en 1966", publicado el año pasado (en primera y segunda edición) explicábamos cómo la CIA ayudó a Balaguer a ganar las elecciones de 1966 proveyéndole de recursos económicos y asistencia técnica.

Allí sugerimos nombres de personas a través de las cuales llegaron los recursos económicos y también de personas que pudieron haber prestado la asesoría en asuntos electorales.

Llegamos a esas conclusiones en base a testimonios y referencias indirectas, pero no encontramos ningún documento en los archivos oficiales americanos que claramente dijese que esas acciones habían tenido lugar. Sin embargo, hace pocas semanas una publicación oficial de la Oficina del Historiador del Departamento de Estado publicó varios reportes de la CIA, que no estaban disponibles al investigador cuando visitamos los archivos americanos y que claramente corroboran lo escrito por nosotros. He aquí un resumen condensado de esos documentos.

RESUMEN OFICIAL:

"El gobierno norteamericano aprobó un programa encubierto para ayudar al candidato favorecido por Estados Unidos para que ganase las elecciones de 1966... La administración de Johnson aprobó un programa para proveer apoyo financiero encubierto e información electoral a Joaquín Balaguer, del Partido Reformista... El comité 303, que coordinaba entre la CIA y el Departamento de Estado las acciones encubiertas, proveyó la coordinación entre las agencias para la acción encubierta. Apoyo financiero sustancial fue pasado a Balaguer sin que él supiese la verdadera fuente de los fondos... La administración de Johnson estimuló a Juan Bosch, el principal opositor de Balaguer, a que participase en la contienda y hasta consideró otorgar a Bosch apoyo financiero encubierto, aunque en una escala mucho menor de la que fue autorizada para Balaguer".

DOCUMENTOS:

El 29 de diciembre de 1965 el director actuante de la CIA Richard Helms se dirigió por oficio a uno de sus subordinados informando "que estuvo buscando algún documento escrito que describiese los deseos del presidente Johnson con relación a las actividades de la CIA en las próximas elecciones dominicanas". Helms pensaba que había escrito sobre el asunto en junio del 1965, pero obviamente no lo había hecho por lo que le dijo: "quiero reiterar, para fines de archivo, que el presidente le dijo al director y a mí en más de una ocasión entre mayo y mediados de julio (de 1965) que él contaba con que la CIA dedicaría el personal necesario y los recursos materiales que fuesen necesarios en la República Dominicana para que ganase las elecciones presidenciales el candidato favorecido por el gobierno de Estados Unidos. Los comentarios del presidente no eran ambiguos. Él quiere ganar las elecciones y él espera que la CIA logre que esto ocurra. Si usted encuentra obstáculos en el camino para echar para adelante esta operación, quisiera que me lo hiciese saber para que esas dificultades puedan ser citadas al presidente con el propósito de lograr su influencia en lo que se refiere a las asignaciones financieras para apoyar al candidato apropiado".

Como tan sólo faltaban cinco meses para las elecciones, la CIA discutió la necesidad de actuar con rapidez. Una encuesta de la CIA de noviembre indicaba que un 51% favorecía a Balaguer contra un 22% que favorecía a Bosch, mientras que en febrero de 1965, dos meses antes de iniciarse la guerra civil, Balaguer era favorecido por un 42% y Bosch por un 25%.

El comité 303 se reunió el 6 de enero de 1966 y allí se comentó que "la experiencia del pasado indica que una acción política encubierta en cualquier país debería iniciarse por lo menos seis meses antes para así asegurar una operación efectiva" y se citó específicamente a Balaguer como el único candidato al cual apoyar. En esa ocasión se indicó que "existían una serie de obstáculos en el camino de Balaguer" por lo que se decidió "diseñar inmediatamente un plan con relación a los aspectos que requiriesen un trabajo inicial de más tiempo, para que fuesen XX en la próxima reunión". Ellsworth Bunker conocía sobre esos planes.

El 11 de enero se le explicó al comité 303 que "era esencial que esa operación fuese llevada a cabo de una forma que su promoción por parte de Estados Unidos no pudiese ser probada de ninguna forma y que aunque Balaguer requeriría apoyo financiero, así como asistencia en otras formas para poder superar ciertos handicaps, el monto de la ayuda que se le daría debería ser controlado para evitar un gasto excesivo". En esa reunión se decidió que en adición a dinero "Balaguer necesitará ayuda en la forma de consejos e información". Los detalles sobre esos consejos e informaciones aparecen en dieciocho líneas de texto pero que todavía siguen censuradas. Pero el documento continúa explicando que se preveían tres tipos de ayuda para Balaguer: "1) fondos que serían provistos (y ahí sigue la censura que no identifica la forma en que se le harían llegar); 2) información, experiencia y lineamientos políticos que se le harían llegar a través de intermediarios en quienes Balaguer confiaba; y 3) el desarrollo de propaganda y otros activos que tengan un prejuicio natural que favorezcan a Balaguer, o los temas de su campaña". Sin embargo, no se autorizó ningún contacto directo con Balaguer, pero éste había indicado, a través de líderes del Partido Reformista de segundo rango, la necesidad de recibir apoyo financiero norteamericano en su campaña electoral. Había dicho a los líderes de su partido que el reformismo no podría competir efectivamente en las elecciones a no ser que se consiguieran fondos adicionales.

En esa reunión se explicó que "mecanismos de propaganda y de relaciones públicas, al igual que otras necesidades de campaña como medios de transporte, no estaban disponibles para el candidato y eran costosos, por lo que obviamente se necesitaba tiempo para desarrollar y coordinar si se iba a contribuir efectivamente a la campaña del partido". Dos páginas y media a doble espacio describen las medidas que tomaría la CIA para ayudar a la campaña de Balaguer, pero esas páginas siguen censuradas, aunque sí se menciona que "cualquier apoyo que se le diese a Balaguer debiera ser sofisticado y totalmente encubierto". El documento en una parte todavía censurada especifica el monto de dinero que se proveería a la campaña. El 30 de abril, apenas un mes antes de las elecciones, el comité 303 fue enterado de que: "ni Balaguer ni ninguno de los líderes de su partido saben mucho sobre organización política, o sobre la forma de conducir campañas presidenciales. Esta falta de experiencia, combinada con el relativo fracaso de Balaguer en obtener fondos para la campaña de fuentes locales, ha impedido hasta ahora una mayor explotación del sentimiento latente y amplio a favor de Balaguer". Consecuentemente se decidió que la CIA debería inyectar fondos adicionales a los ya otorgados a la campaña, para asegurarse de que Balaguer debido a la falta de dinero no perdiese momentum en un punto crítico en la campaña.

Durante una reunión del 25 de abril, el almirante Raborn, director de la CIA, y el subsecretario Thomas Mann, entre otros, decidieron que se debían otorgar recursos financieros adicionales a Balaguer y también se discutieron ampliamente en cinco páginas y media de texto aún censurado ,las "operaciones diseñadas para promover un clima favorable para las elecciones y para lograr que la gente vote". El 9 de mayo, después de una discusión sobre el tema cubano, el comité 303 aprobó la entrega de esos fondos adicionales para la campaña de Balaguer y se discutieron "los canales a través de los cuales llegaría el dinero, así como las fuentes de dinero privado". Bill Moyers, asesor político del presidente Johnson, se preguntó en esa reunión "si los canales a través de los cuales llegaban los fondos eran suficientemente diversificados y no demasiado conspicuos" y sugirió que "con relación a la impresión de propaganda él tenía la esperanza de que se estuviese utilizando más de una imprenta". Walter Rostow, otro asesor del presidente, mencionó "la débil estructura en la cual estaba basada la campaña política de Balaguer", expresando la esperanza de que "se le pudiese persuadir a mover su filosofía un poco más hacia los tiempos modernos".

El 29 de mayo, tres días antes de las elecciones el "New York Times" citaba que Balaguer "está llevando a cabo una costosa campaña al estilo americano".






Desconfianza en torno a la JCE
Procesos electorales que dejaron huellas




Por Carlos O. Pérez

Los procesos electorales se han caracterizado por el interés y el entusiasmo de los electores que cada dos años van a las urnas a echar un voto de esperanza, obviando promesas incumplidas de los políticos, fraudes colosales y hechos sangrientos que han matizado casi la totalidad de los comicios en la historia reciente.

Los políticos, de su parte, se juegan el todo por el todo para lograr el favor de los electores. Sus marañas van desde comprar votos, duplicar cédulas de personas fallecidas y hasta colocar un pañuelo rojo en los fusiles de los militares como ocurrió en las contiendas de 1974 y 1978 en franca alusión al partido de turno, es decir al Reformista Social Cristiano. Sin embargo, la mayor garantía para que un partido se alce con el triunfo es contar con un buen “umpire” o árbitro a su favor, en el lugar adecuado: la Junta Central Electoral… donde se cuentan los votos.

Los jueces del tribunal electoral son designados por el Senado de la República, de acuerdo al artículo 23 de la Constitución, de tal modo que en la JCE queden representados todos los intereses populares. Sin embargo y lamentablemente el Senado -por años y años- no ha sido más que una garantía para salvaguardar intereses de la parcela política que tiene mayor representación legislativa, matizando, claro está, la escogencia de los jueces representantes del tribunal electoral.

Esta situación se ha traducido en que en ocasiones de tranque electoral, (cuando los resultados son reñidos) los magistrados se decidan a dar la mano en favor del partido al que pertenezcan, desestimando, a veces, todo alegato jurídico.

Durante los gobiernos de los 12 años de Joaquín Balaguer (1966-1978), los resultados de las elecciones eran manejados desde el Palacio Nacional y las persecuciones, crímenes, encarcelamiento y todo tipo de represión hecha por los militares, denominados “incontrolables”, garantizaban la permanencia del ya desaparecido líder reformista en el poder.

Un vistazo a los certámenes electorales nos muestra fraudes, conteos de votos a medias, resultados alterados, apagones durante los conteos, muertes por un granadazo en la sede de la Junta, designaciones por decretos y destituciones en pleno conteo de votos.

PERSECUCION A LA OPOSICIóN

Luego de la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo y el golpe de Estado al gobierno constitucional de Juan Bosch y el PRD en el 1963, las convulsiones y crisis políticas dieron paso a la guerra de abril de 1965 y a la instalación de gobiernos provisionales, tanto de militares como de civiles, que condujeron a la segunda intervención militar de los Estados Unidos.

Una salida a la crisis fue la instalación del Gobierno provisional de Héctor García Godoy, el 3 de septiembre del 1965, quien procedió a organizar los comicios para el primero de junio de 1966, designando a Angel María Liz como presidente de la JCE y con Darío Balcácer y Alvaro A. Arvelo, como miembros.

Balaguer fue postulado por el Partido Reformista y bajo la protección de las tropas norteamericanas recorrió el país con sus lemas de campaña, “Nuevo amanecer” y “Joaquín Balaguer es la paz”. Para la época fue desatada una ola de represión en contra de los constitucionalistas, impidiendo a Juan Bosch, candidato presidencial del PRD, salir de su residencia a realizar su campaña política y los resultados fueron un triunfo arrollador para Balaguer con 759 mil 887 sufragios contra 250 mil de los perredeístas.

Con los mismos jueces electorales Balaguer logró su primera reelección en 1970, gracias al retiro de Juan Bosch, quien se marchó a España y ordenó al secretario general del PRD, José Francisco Peña Gómez, abstenerse de participar en los comicios.

REGISTRO ELECTORAL

El 17 de noviembre de 1970 fue promulgada la ley 55 sobre el registro electoral y se ordenó un censo de votantes a los fines de hacer más confiable el proceso electoral. El presidente de la JCE, Angel María Liz, murió en 1973 y en su lugar fue designado Manuel Joaquín Castillo.

La campaña para la segunda reelección de Balaguer estuvo caracterizada por el terror, la corrupción, persecución, cárcel y hasta la muerte de dirigentes de izquierda como Amín Abel Hasbún, Orlando Mazara, Maximiliano Gómez. También el fusilamiento de Francisco Alberto Caamaño, quien desembarcó en Playa Caracoles con el propósito de tumbar el régimen balaguerista.

Bosch abandonó el PRD y para el 11 de abril del 1974 se conformó la coalición Acuerdo de Santiago, encabezado por el Partido Revolucionario Dominicano e integrado, además, por el Revolucionario Social Cristiano, Quisqueyano Demócrata y los movimientos de Integración Demócrata y Popular Dominicano. Postularon las candidaturas de Silvestre Antonio Guzmán Fernández y Elías Wassin y Wessin.

Ante el inminente triunfo de la colación opositora, Balaguer ordenó la más agresiva persecución política contra los dirigentes y simpatizantes del Acuerdo de Santiago. Los militares, identificados con Balaguer, llevaron un pañuelo rojo en la punta del fusil, lo que provocó el retiro de la candidatura de Guzmán Fernández un día antes de las elecciones.

El vacío así creado provocó que a pocas horas de los comicios, Balaguer se acercara a Homero Lajara Burgos ante la necesidad de tener un “contrincante” para “legitimar” el proceso de elecciones. Es entonces cuando Lajara Burgos se presenta como candidato apoyado por el Partido Demócrata Popular y los movimientos Municipal del Pueblo, Voluntad Popular, Unión Santiaguera e Independiente Bonaense.

El registro popular tuvo trastornos y la JCE dispuso que los electores votaran en cualquier mesa, sin importar que tuvieran o no registro electoral. Los comicios eran dirigidos desde el poder. En este período Balaguer, obviamente, ganó con 942 mil votos contra 170 mil 33, supuestamente, de Lajara Burgos.

FALLO HISTóRICO

El Acuerdo de Santiago volvió otra vez al ruedo político con la firme disposición de participar en las elecciones de 1978. Al computarse el 25% de los votos Antonio Guzmán Fernández llevaba gran ventaja y era el virtual presidente electo, pero un grupo de militares dirigidos por el coronel Benoit y bajo instrucción del jefe de la Marina de Guerra, comodoro Francisco Javier Rivera Caminero, interrumpió el conteo de los votos en la JCE y desmanteló el equipo de transmisión del escrutinio.

Con la interrupción del conteo se daba por hecho un golpe de Estado, para lo cual se reunió la plana mayor de los organismos armados dirigidos por el jefe de la Policía, general Neit Rafael Nivar Seijas y el secretario de las Fuerzas Armadas, general Juan René Beauchamps Javier. Se dispuso el acuartelamiento de los militares.

Varios civiles son señalados de haber participado en la trama, entre ellos, Leonardo Matos Berrido, Guarionex Lluberes Montás, Héctor Pereyra Ariza, Adriano Uribe Silva, José Antonio de los Santos y el cubano Santiago Rey Perna, reconocido como experto en fraudes electorales.

Pero Balaguer tuvo que ceder ante las presiones de los presidentes Jimmy Carter, de los Estados Unidos; y Carlos Andrés Pérez, de Venezuela, así como de la OEA y ordenó la reanudación del escrutinio, lo que desinfló la trama de golpe de Estado. El Partido Reformista recusó al presidente de la JCE, Manuel Joaquín Castillo, quien fue destituido el 5 de junio del 1978 y su lugar lo ocupó Hugo Vargas Suberví. La salida a la crisis se produjo con el llamado “Fallo Histórico” , mediante el cual la JCE despojó al PRD de las senadurías de Bahoruco, El Seybo, la Altagracia y María Trinidad Sánchez, alegando que la abstención en estos lugares fue de 27% y no debió pasar el 10%. La diferencia de los votos fueron adjudicados exclusivamente a los reformistas y con ello lograron la mayoría senatorial.

Los resultados de las elecciones fueron como sigue: Acuerdo de Santiago, y su candidato Antonio Guzmán ganaron con 866 mil 912 y el Partido Reformista obtuvo 711 mil 879. Guzmán Fernández gobernó desde el 1978 hasta su muerte, el 4 de julio de 1982. Jacobo Majluta, vicepresidente, asumió la Presidencia durante 43 días.


Creo que Balaguer utilizo una represion contra sus opositores que fue una injusticia dado al poder que el tenia. No encuentro que el haya sido ni un poco justo en ninguna de las tres elecciones porque siempre al final habia algo en lo que el habia tenido que intervenir para ganar, ya sea por medio de manipulacion de votos o asustar al enemigo. Los ciudadanos tenian miedo y por eso votaban por el, eso es injusto ya que no hacian de las elecciones el proceso democratico que se supone que sea.

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